jueves, 15 de mayo de 2008

El caso Palavicini

Para Arturo Cantú,
in memoriam

Eduardo Clavé, en una investigación histórica reciente y aún inédita, ha podido demostrar irrefutable y documentalmente que el periodista tabasqueño y fundador de El Universal, Félix Fulgencio Palavicini, fue agente secreto de la compañía petrolera inglesa El Águila en el Congreso Constituyente de 1917. El trabajo del historiador mexicano lleva tentativamente por título Nuestro hombre en Querétaro, acaso porque es lector ferviente de Graham Greene.
Un expediente de El Águila —apenas descubierto por el historiador— establece que la compañía más poderosa entonces tuvo a su servicio al diputado constituyente que participaría en la redacción de dos artículos fundamentales para el futuro de la empresa y de los intereses extranjeros en México: el 27 y el 73 constitucionales.
Desde el proyecto original de Carranza para el artículo 27 nadie sospechaba que la nueva Constitución daría un vuelco total al concepto de la propiedad de la tierra en México. Sin embargo, las compañías conocían el espíritu nacionalista de Carranza y sus intenciones de, por lo menos, gravar el petróleo. Él Aguila tenía entonces utilidades netas de más de 10 millones de pesos oro, en tanto que su principal competidora, la Mexican Petroleum Company, las tuvo por poco más de 7 millones. El Águila por lo demás participaba directamente en la logística británica de la Primera Guerra Mundial. Era uno de los más importantes proveedores del imperio que transportaba al almirantazgo con el servicio, entre otros, de 17 buques de la compañía de carga de El Águila y en los que movió casi tres millones de toneladas de petróleo durante la guerra.
Un tal Rodolfo Montes era el representante de la petrolera para asuntos con el gobierno mientras que el delegado de la secretaría de Gobernación a la Comisión Nacional Agraria era al mismo tiempo representante de las compañías petroleras Transcontinental de Petróleo e International Petroleum Co. La idea era influir directamente en la redacción de la nueva Carta Magna. Creían los de El Águila que “la política de restricciones, obstáculos, gabelas y aún abusos con que en la actualidad están procediendo las autoridades constitucionalistas con esta industria en México, son inmorales, y sólo darán como resultado la ruina de la industria, con las correspondientes consecuencias para el Gobierno mismo”.
Así las cosas, El Águila, a través de Rodolfo Montes, un hábil corruptor y enlace de la petrolera con el gobierno mexicano, cortejaba de manera sistemática a diversos dirigentes de la Revolución, como lo había hecho antes Cowdray (el dueño) con personalidades del porfiriato como Enrique Creel o el hijo de Porfirio Díaz, a quienes había incluido en el consejo de Administración, además de haberlos hecho socios.
Al periodista Querido Moreno, anotado en la “lista especial”, se le daban 300 pesos oro mensuales para ”nulificar cualquier daño que pudiera causarnos”. Por su parte, Miguel Alessio Roles recibía en 1920 una iguala mensual de 300 pesos oro nacional. José Ives Limantour, secretario de Hacienda, recibía cajas de whisky y objetos de arte que le enviaba a su casa con cierta regularidad el entonces gerente de El Águila John P. Body. Por supuesto, la compañía no descartaba el uso de otros instrumentos extralegales, para decirlo con delicadeza, como el soborno, el espionaje y la presión diplomática.
En fin, como ilustra Eduardo Clavé, el defensor de los intereses de El Águila, en contra del gobierno mexicano, era Félix Fulgencio Palavicini, “un personaje famoso por su estridencia, su retórica hiperbólica y su elocuencia oropelesca, pero eficiente”.
Hacia 1916 Palavicini funda el periódico El Universal y se convierte en su propietario hasta 1923. Es notable en las primeras ediciones la presencia de la petrolera inglesa que inserta con frecuencia anuncios de primera plana. “Resulta curioso que se haya escogido después la imagen de un águila como emblema de El Universal”, comenta Eduardo Clavé. Después el exdiputado y periodista pide al gobierno de Carranza un préstamo de 13 mil dólares, restituye 5 mil y luego solicita que le perdonan la deuda por 8,500 dólares pues “se trata de hacerme un servicio personal, yo que no he solicitado nada y que siempre he servido con lealtad y abnegación”. En junio de 1918 un funcionario de El Águila aparta el inmueble de la compañía ubicado en Iturbide 12 para la Compañía Periodística Nacional, editora de El Universal.
Gracias a los archivos de El Águila se puede reconstruir casi día por día la actividad de Palavicini en las fechas cruciales de la formulación, discusión y aprobación del los artículos 27 y 73. Palavicini ya era un personaje influyente por la posesión de El Universal, “pero muy poco confiable”. El periodista Francisco Martínez de la Vega se refiere al tabasqueño como una de las “armas parlamentarias” de Carranza y habla del “dominio de Palavicini de triquiñuelas, posturas y cinismos políticos”.
Palavicini consiguió que se modificara la primera versión del artículo 27 y que no se mencionara la palabra petróleo. Una nota interna de la compañía petrolera registra que Palavicini recibía 500 dólares mensuales hasta mayo de 1917.

Postscriptum

En 1979 el psicoanalista Ignacio Millán hizo un estudio de campo que no llegó a publicar en vida: Míster México. Junto con un equipo de colaboradores analizó muchos sueños de ejecutivos mexicanos que trabajaban o habían trabajado en empresas transnacionales. Uno de las primeras conclusiones fue que en gran parte los ejecutivos eran o habían sido más leales a sus compañías que a su propio país.

Política del chapopote

Pecatta minuta


1. Sea como sea o haiga sido, lo cierto que un grupo de representantes de los intereses del pueblo de México exoneró ya al secretario de Gobernación, Luis Camilo Pémex Mouriño, de haber incurrido en lo que se conoce en los países civilizados (donde aún existe el Estado) como “tráfico de influencias” y subrayó que incluso el campechano por naturalización había actuado conforme a la “ética”. Qué bueno, los políticos profesionales de la Cámara salvaron la estirpe de los mexicanos.
La comisión especial de la Cámara de Diputados, montada para investigar la legalidad de los contratos de Pemex-Refinación de 1997 a la fecha, estuvo integrada por los muy honorables e insobornables diputados Xavier López Adame, del PVEM; Antonio Valadolid Rodríguez y Obdulio Ávila Mayo, del PAN; Raúl Cervantes, del PRI; Miguel Ángel Jiménez, de Nueva Alianza, y Armando García Méndez, de Alternativa. Casi todos ellos abonaron su argumentación con razonamientos muy semejantes a los que esgrimió el secretario de Estado en su carta del 12 de mayo, defendiéndose. Y no está mal que lo hayan hecho así porque la familia Pémex Mouriño es una de las familias más honorables del estado de Campeche. Todo el mundo lo sabe.
Para no pocos lectores de periódicos se quedaron cortos los representantes populares porque se abstuvieron —en nombre de quienes los eligieron— de pedir una disculpa al funcionario calumniado. Hicieron saber que no ha habido indicios de que el Secretario se haya aprovechado de sus cargos públicos para inducir a directivos de Pemex-Refinación a celebrar convenios con la empresa de su familia Transportes Especializados Ivancar, S. A., mejor conocida en el sureste como Teisa, aunque soslayara así a otras empresas que compran “licitaciones”.
Teisa nunca conoció trato privilegiado en los contratos de Pemex-Refinación, antes al contrario: su relación con la paraestatal ha sido la misma que tienen las 143 compañías afiliadas a la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga. Y con todo esto tutti contenti, o para que mejor se entienda: pecatta minuta y a otra cosa.
Lo que más agradó a la opinión pública fue la elegancia, la discreción y el recato, que tuvieron los incorruptibles diputados al inhibirse de proponer la erección de una estatua del licenciado Pémex Mouriño —para restañar su honor— en el Paseo de la Reforma, justamente donde se erige ahora la Fuente de Pemex, a la entrada de las Lomas.

2. El caso Mouriño, pues, nos ha demostrado una vez más que no hay que asumir nuestra ignorancia en materia de petróleo, mucho menos en estos tiempos en que todo está en internet sabiéndolo buscar. Los diputados no son geólogos ni ingenieros químicos: son especialistas en generalidades. Bastó que se pusieran a estudiar un poco para entender el tejemaneje de los contratos —la apropiación de bienes públicos dentro de la legalidad— y prepararse para el debate.
Se nos ha querido hacer creer que el asunto del petróleo es un saber críptico inaccesible para el común de los mortales. La verdad es que no tiene tanta ciencia. No se necesita ser ingeniero petrolero ni descifrar la estructura molecular del chapopote para discernir cuál es la situación geopolítica, económica y de mercado de nuestro petróleo y cuál la lealtad de las empresas mexicanas que en cuanto tienen éxito lo primero que hacen sus nalgaprontas es venderlas al extranjero. (Los bancos, el tequila, la miel de abeja para pancakes, los hoteles.)
Y ya en este tren, frente a la pantalla, cualquier persona puede ponerse a investigar qué es y qué ha significado para México una transnacional de asesoría empresarial o industrial como la famosa escocesa Mackensie, que reestructura empresas, las arma y las desarma, las desmembra para su mayor eficacia. Lo ha hecho con Pemex y lo va a hacer de nuevo (por unos 20 millones de dólares), pronto. Habría que preguntarle al hijo de Jesús Reyes Heroles.
También podría indagarse, si hay suficiente curiosidad intelectual y sensibilidad política, qué ha sido del Instituto Mexicano del Petróleo. ¿Por qué se le desmanteló, si de él salían estupendos funcionarios del petróleo y muy buenos técnicos petroleros? Véase: Comité Enrico Mattei. http://resistenciamattei.blogspot.com/
¿Qué hacer con un párrafo como éste, uno de esos enunciados que han hecho pensar que nuestros honorables y patriotas empresarios prácticamente se sacarían muchísimas veces la lotería, así sea como una no despreciable gratificación por su participación en las sospechosas elecciones de 2006?
“Las personas que pretendan realizar las actividades o prestar los servicios a que se refieren los párrafos anteriores (transporte, almacenamiento y distribución de gas, así como servicios de refinación de petróleo), podrán construir, operar y ser propietarios de oleoductos, instalaciones y equipos en los términos de las disposiciones reglamentarias, técnicas y de regulación que se expidan.” Artículo 4to de la reforma de la iniciativa de reforma de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional.
Basta interrogar la red para enterarse de que por lo menos siete de las grandes compañías de petróleos en el mundo son de propiedad abrumadoramente estatal, como Pemex: la Saudi Aramco, de Arabia Saudita; la Gazprom, de Rusia; la CNPC, de China; la NIOC, de Irán; la PDVSA, de Venezuela; la Pteobras, de Brasil, y la Petronas, de Malasia, que controlan casi un tercio de la producción mundial de gas. ¿Por qué será que no se han privatizado?

jueves, 8 de mayo de 2008

El atentado contra Mattei

UN CASO QUE CONMOVIO A ITALIA
Luego de 35 años aclararán la enigmática muerte de Mattei
Fue el padre de la industria energética italiana
Murió en un accidente aéreo
Siempre se sospechó que fue víctima de un atentado
Ahora hay indicios


En 1975 el caso había sido cerrado por falta de pruebas

(Pavia. Italia. ANSA).- Era el 27 de octubre de 1962. Y para un anónimo campesino de Pavia, cerca de Milán, era un día como cualquier otro. Escuchó el característico rugir de un avión. Elevó la vista y lo vio. Entonces la nave estalló. Y cayó en llamas en un campo sembrado, a pocos metros de un arroyo. Hizo un pozo de donde sólo sobresalía la cola. En su interior había un cadáver. Nadie supo en un primer momento que el muerto era Enrico Mattei, el influyente presidente del Ente Nacional de Hidrocarburos (ENI). El campesino contó su versión a las autoridades. Con su relato afirmaba la incómoda posibilidad de un atentado y descartaba la hipótesis de un accidente. Fue silenciado con dádivas. Hoy, casi 35 años después, el fiscal de Pavia, Vincenzo Calia, asegura que a lo sumo dentro de dos meses se conocerá la verdad sobre la misteriosa muerte de Mattei. Calia reabrió el caso el 22 de mayo de 1995 y ordenó exhumar los restos de Mattei. Veinte años antes, la Justicia había cerrado la causa por falta de elementos capaces de demostrar, después de 12 años de investigaciones, la existencia de responsabilidades de terceros en el desastre. Mattei sufrió un atentado. La trágica desaparición del padre de la industria petrolera italiana fue llevada al cine por Francesco Rossi, en el memorable filme El caso Mattei, interpretado por Gian María Volonté. Ante la versión de un atentado contra la vida de Mattei, se mencionó a la mafia siciliana. No hubo pruebas. También se señaló a las siete hermanas, las grandes compañías petroleras estadounidenses, que miraban con poca gracia el empuje de Mattei en el desarrollo de iniciativas de interés nacional en hidrocarburos. Las sospechas alcanzaron también a la Organización del Ejército Secreto (OAS), creada por colonos franceses en Argelia. Según escribió ayer el diario de Turín La Stampa, los peritos designados por Calia confirmaron la hipótesis de que Mattei sufrió un atentado. Hallaron rastros de material explosivo en fragmentos metálicos extraídos de sus restos. Si bien en ambientes de la fiscalía de Pavia aclararon que el peritaje aún no está listo, puntualizaron que lo publicado por el diario contiene fragmentos de verdad investigativa. Y si la pericia confirma la tesis del atentado, es probable que la fiscalía dé a conocer los nombres de los presuntos instigadores. De todas formas, la fiscalía desmintió que las últimas investigaciones tengan relación con las declaraciones del mafioso arrepentido Tommaso Buscetta. En noviembre de 1994, Buscetta declaró que la tragedia no se debió a un accidente sino a un atentado cometido por la mafia siciliana para hacer un favor a una familia estadounidense de la Cosa Nostra. Los familiares de Mattei siempre estuvieron convencidos de que éste fue asesinado. Lo sabemos desde 1962, afirma Rosangela Mattei, sobrina de Enrico. Y admite: Mattei molestaba a muchos. Angelo Mattei, otro sobrino de Enrico, habla de de un político italiano muy poderoso hasta hace poco y de un exponente de la alta finanza privada involucrados en la muerte de su tío. Según Angelo, cuando Mattei murió estaba a punto de entrevistarse con el presidente John Kennedy para firmar un acuerdo con las petroleras, que habría puesto fin a las guerra de las siete hermanas. Para el periodista italiano Giorgio Pisanó, las noticias sobre la nueva pericia del caso Mattei no son una novedad. Pisanó fue uno de los primeros periodistas en llegar al lugar del accidente del avión de Mattei. Desde el principio afirmé que la causa del accidente había sido la explosión de una bomba, dijo ayer. Y Pisanó recordó a aquel campesino. Encontré a un labriego -añadió- que dijo haber visto estallar el avión durante el vuelo. Lo silenciaron construyéndole un camino para poder llegar a su finca. De este modo, el campesino modificó su versión y se adecuó a la oficial. Fue una mala representación teatral que dura desde hace 30 años, se quejó el periodista. Y exigió: Que digan ahora finalmente quién asesinó a Mattei y por qué se organizó la representación teatral.

La película de Rosi

L'aereo di Enrico Mattei precipita il 27 ottobre 1962, nella campagna di Bascapè, presso Pavia, al ritorno da un viaggio in Sicilia, in circostanze mai del tutto chiarite.
Il
film rievoca il periodo della vita di Mattei trascorso alla guida dell'Agip e dell'Eni.
Nominato nel
1945 commissario straordinario dell'Agip, con il difficile compito di liquidarla, svenderla a privati o a grandi compagnie, Mattei riesce abilmente a mantenere la società in vita e, addirittura, a potenziarla e renderla più efficiente, evitando in questo modo la vendita. Nel biennio 1946 - 1948 nasce la rete dell'Agip, e si hanno le prime scoperte di petrolio e metano.
Mescolando la cronaca alla ricostruzione documentaria, Francesco Rosi elabora in questo film un'articolata strategia narrativa, intrecciando le informazioni provenienti dalle diverse fonti e accostando vari punti di vista, dall'intervista all'inchiesta, al reportage televisivo, senza rinunciare a intervenire direttamente - passando davanti alla macchina da presa - per porre quesiti e sollecitare risposte. Il caso Mattei è dunque un giallo politico che esce dalle convenzioni e che attrae per la composizione narrativa a mosaico e per il ritmo serrato del racconto, che vaglia di volta in volta le diverse ipotesi sulla morte di Mattei senza però avvalorarne alcuna. Le rotture improvvise del filo conduttore, le accelerazioni, gli inserti documentari, le apparizioni dello stesso Rosi, unite alle divagazioni sulla vita del primo presidente dell'Eni, fanno del Caso Mattei uno dei migliori film-inchiesta del cinema italiano e uno dei più personali del regista.

Il caso Mattei

Francesco Rosi made three films that are generally considered among his very best: Il caso Mattei (The Mattei Affair, 1972), Lucky Luciano (1973) and Cadaveri eccellenti (Illustrious Corpses, 1976), all three, in interestingly different ways, reactivating the investigative cinematic style that Rosi had forged in Giuliano. Like the bandit Giuliano, Enrico Mattei had been a powerful and charismatic public figure in Italy in the immediate postwar era. Appointed to wind up the Italian Petroleum Agency, he had instead expanded it and used the new company, ENI, to both explore new sources of energy for Italy and to create a personal power base within the Italian political scene. Machiavellian and idealistic at the same time, Mattei openly used the company's funds to bribe politicians of all persuasions to support its ventures. An energetic and astute entrepreneur, Mattei resented the big American companies' control over oil prices and so initiated direct discussions with Russia and with a number of Arab countries in order to procure cheaper oil for Italy and, in the process, a better deal for the producing countries. Thus, by the early 1960s, Mattei had become a thorn in the side of both the American oil companies and the American government and his political machinations had also created a number of powerful enemies at home. Then, in 1962, at the very height of his power and influence, Mattei was killed when his private plane crashed just outside Milan. The official version held that the plane had simply gone down in bad weather but this ignored the testimony of a number of eyewitnesses who claimed that the plane had exploded in mid-air before plunging to earth. As he had done in Giuliano, in Il caso Mattei Rosi employs a non-linear investigative mode which allows him to bring together, often paratactically or in juxtaposition, a range of disparate materials, both real and fictionally recreated, in an attempt to get closer to the truth. As in Giuliano, Rosi's strategy prompts the viewer to notice a number of possible connections and motivated complicities but without supplying any exclusive or definitive interpretation. Significantly, at one point in the film the investigation of Mattei's death ten years earlier comes to be intertwined with the contemporary investigation of the disappearance of a journalist who was working with Rosi on the film at the Sicilian end, exploring the possible involvement of the Mafia. The journalist, De Mauro, in fact was never seen again, so that the film, quite literally, created more questions than it answered.